Un empresario de la zona, Héctor Cruz es señalado por los Quilmes como el autor intelectual del ataque. “A pesar de las resoluciones judiciales que ratificaron nuestra posesión sobre la Ciudad Sagrada de Quilmes, un grupo de personas ajenas a la comunidad comandadas por Franco Cruz y Santiago Santos, irrumpieron en el sitio golpeando e hiriendo a ocho comuneros que se encontraban administrando las visitas al sitio arqueológico”. Desobedecen una orden judicial que los había dejado fuera dos días antes. Los medios masivos insisten en hablar de “enfrentamiento” pero desde la Unión Diaguita señalan que fue un ataque y que “hay fuertes intereses económicos sobre nuestro territorio y la Ciudad Sagrada”.
Un nuevo hecho de violencia se dio el viernes 7 de marzo contra las comunidades indígenas de Tucumán. Esta vez fue en la Ciudad Sagrada de la Comunidad India Quilmes (CIQ), donde unas 70 personas armadas con tumberas, palos, cadenas y varias de ellas encapuchadas atacaron a unas 12 personas de esa comunidad que estaban en el lugar. El saldo fue de ocho heridos, tres de ellos de relativa gravedad, uno de los cuales sigue internado en un hospital de San Miguel de Tucumán.
Desde los medios de prensa masivos y hasta voceros del gobierno salieron a calificar el hecho de “problema interno” que deberían resolver dentro de la comunidad. Delfín Gerónimo, secretario de la Unión del Pueblo de la Nación Diaguita y además integrante de los Quilmes aclaró que “los autores ideológicos de esto son la familia de Héctor Cruz, que instiga en la comunidad en contra del manejo de la Ciudad Sagrada por parte de la CIQ. Esta gente tiene intereses foráneos y utilizaron esta vez la violencia, con gente traída de afuera, armada y encapuchada, lo que condenamos enérgicamente”.
Sergio Condorí es delegado de base de Quilmes y fue uno de los tres heridos en el ataque con dos cortes en la cabeza, golpes de cadenas en el brazo y un disparo de tumbera en la espalda. Manifestó que los que atacaban lo señalaron para atacarlo y que además gritaban que “iban a ir por la cabeza del cacique (Francisco Chaile)”. Señaló que estaban alcoholizados y agredieron a todos por igual, mujeres, jóvenes, mayores y niños que tuvieron que salir corriendo por el camino que entra a la Ciudad Sagrada (5km hasta la ruta aproximadamente) y perderse en el monte ya que fueron perseguidos por los atacantes, encabezados por Santiago Santos y por Franco Cruz, hijo del empresario Héctor Cruz (ver recuadro “Cronología).
Desde la ONG Andhes que asesora a la comunidad señalaron que los atacantes están denunciados por “desobediencia judicial por la usurpación, además de por lesiones y homicidio en grado de tentativa”, aunque las órdenes de allanamiento tardaron casi una semana en realizarse. Sólo se puso una consigna policial en la casa de la Comunidad India Quilmes en el acceso al sitio sagrado ante la amenaza de los ocupantes de además atacar ese lugar. “No queremos que sea un caso más de dilaciones judiciales, estamos haciendo todo lo posible para que se cumpla la medida y que se detenga a éstas personas”.
La violencia contra comunidades indígenas no es nueva y va en aumento en la provincia. Sea policial, juidicial o con fuerzas de choque se pueden contar varios casos similares como el ocurrido en Quilmes. El más emblemático es el de Javier Chocobar, asesinado el 12 de octubre de 2009 en Chuschagasta por Darío Amín y dos ex policías a su servicio. Pero también las amenazas de fuego de hace unas semanas contra la Comunidad Indígena de Sollco Yampa, el desalojo y detenciones masivas sufridas por la Comunidad Indio Colalao en 2012, las amenazas y quema de la casa comunitaria de el Pueblo Lule, por nombrar sólo algunos hechos.
“Hay fuertes intereses económicos sobre nuestro territorio y la Ciudad Sagrada” amplió Condorí, al tiempo que aclaró que algunos de los que fueron a agredir fueron parte de la comunidad o viven cerca del lugar pero no participan o quieren participar de la misma. Desde andhes insistirán con que vuelvan a ordenar la medida de restitución a la CIQ del lugar.
Mientras no logren tener garantías, desde la CIQ se definió no permitir el paso al sitio sagrado, cortando la entrada en la casa de la comunidad, para preservar no sólo a la comunidad sino también a los turistas que puedan acercarse al lugar desconociendo esta situación. “Nuestra comunidad, espera la celeridad de la justicia para restablecer la paz en nuestra comunidad y se castigue a los responsables ideológicos de estos hechos” resaltaron.
Por ContraPunto – Prensa Alternativa
Integrante de la Red Nacional de Medios Alternativos